El término pánico deriva de la deidad, y hace referencia al terror repentino que despierta en aquellos que se aventuran en lugares solitarios, donde el dios Pan, no deseaba ser molestado, por ejemplo cuando disfrutaba la siesta.
Lo asociamos con el miedo que sentimos, un miedo poderoso, tanto que la Mitología Griega nos cuenta que el Dios ayudó a los Atenienses a ganar la batalla de Marathon, provocando mucho Pán-ico entre los invasores persas (Calderón, 2016).
Cuando hablamos de pánico, lo hacemos de un miedo muy poderoso, irracional, ensordecedor, tan intenso que nos toma y nos hace temblar, sentir escalofríos, querer huir. Entonces este miedo Recargado, Agrandadísimo.. ¿Para qué está? ¿Qué sentido tiene?
El miedo es un mecanismo de sobrevivencia, nos ayuda a preservarnos, a despertar el alerta, a huir, enfrentar, agudizar los sentidos y la atención en una respuesta adecuada a un peligro potencial, inminente o a veces fantaseado. Si se presenta una situación en la que advertimos peligro, el mecanismo de huida o ataque, tiene un sensor que es el miedo, éste nos avisa para que generemos una respuesta.
Este es un miedo útil, que forma parte de nuestro equipo natural de sobrevivencia.
Hay otro miedo, que se parece más al provocado por el Dios de los bosques, ése Pánico que parece más intenso, irracional, no nos protege de nada ni tiene ésta utilidad, entonces ¿Para que nos vamos del miedo útil a este otro? No tenemos una respuesta, pero podemos ver con claridad, la utilidad de uno y la condena que supone el otro, el miedo más intenso, profundo, que llamamos Pánico es un mal, nos lastima, perdemos la cordura, no podemos tener una respuesta eficiente, es un agujero negro que amenaza tragarnos.
Los Ataques de Pánico, son una respuesta desmesurada, sobredimensionada a una situación que tuvo un inicio. Hubo una primera vez para ésta respuesta. Tal vez podremos encontrarnos con la génesis de éste comportamiento y elaborarlo, transformarlo. Incluso es posible que ésa respuesta haya sido la adecuada en aquel entonces, el problema es que ahora no lo es.
Los síntomas que se presentan son: mareos, dolor toráxico, miedo a morir, dificultad para respirar, sudoración, temblores, náuseas, hormigueos, palpitaciones, y sobre todo esto mucho mucho miedo, deseo de huir de ese momento, mucho miedo a morir (NIH, 2020).
Hay personas que frente a la inminencia, se detienen, se concentran en respirar imaginando la mente en blanco o imágenes sedantes, u otras ayudas, que también pueden ser a partir de medicación o flores de Bach (Gonzalez, 2016), apoyo en alguien significativo para que nos acompañe o alguna práctica de salida. No siempre es tan manejable, pues los ataques pueden variar en intensidad y frecuencia.
Creemos que atravesar el bosque de Pan, exponernos al pánico junto al paciente, conocer de qué se trata, que trae, nos ayuda a una comprensión de lo que ocurre. Y, cuando sepamos cuándo, cómo y para qué, podremos acompañar al paciente a una nueva comprensión, a una nueva respuesta creativa, para evitar la huida y enfrentar al Dios.
En la saga de Harry Potter, hay unos seres que se llaman dementores, la imagen de ellos es de una sombra que se aproxima e invade, nos toma, entra y sale de nosotros sembrando mucho miedo. Pero hay un conjuro, un encantamiento llamado Patronus, para protegerse. Consiste en generar un guardián en quién vamos a poner, todos los sentimientos alegres, un animal mágico que nos va a proteger (Goshawk, 2020).
Es posible que la terapia, nos ayude a conjurar una protección, a recorrer el camino que nos permita sanar y re-elaborar una experiencia antigua, vieja, des-actualizada, y vivenciar un cambio, un nuevo momento, un nuevo comienzo.
En gran parte depende de ti...
Calderón,G.(2016).
González,M(2016).
Goshwak, M (2020). En El libro de los Hechizos. Recuperado el 2 de mayo de 2020 de :
NIH (2020). Biblioteca Nacional de Medicina de EEUU. Recuperado el 2/5/20